El huevo o la gallina

No sabría decir si tenía la piel seca y el gel lo empeoraba,  o si era al revés, porque al ser tan agresivos los geles de ducha, me estropearon la piel.

El caso es que necesitaba un gel respetuoso que solo me limpiara sin dejar mi piel desprotegida. El gel de glicerina fue la recomendación del dermatólogo pero entonces me encontré con un handicap, y es que había solo dos aromas distintos de las dos marcas que comercializaban el gel de glicerina. Y a mi me gusta entrar en la ducha como quien entra a una floristería y disfrutar ese olor a rosas o a mandarina o a lo que sea que huela pero siempre algo muy agradable. 

Así que al no encontrar el gel que necesitaba, decidí hacerlos yo misma y, tras una investigación exhaustiva, auné dos de mis pasiones, los perfumes y la cosmética. Y esto es lo que sucedió a continuación…

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